Publicación de los Ensayos de los Seminarios en el ISEN.

domenica 15 maggio 2011

“La Revolución Mexicana: Vasconcelos y la proyección cultural en Argentina”

SEMINARIO: IDEAS EN AMÉRICA LATINA SOBRE AMÉRICA LATINA. ALGUNAS CLAVES HISTÓRICAS PARA SU ACTUAL INTERPRETACIÓN.Dictado por la Dra. Patricia Funes a los becarios de 1°año del Instituto del Servicio Exterior de la Nación (ISEN) entre el 15 de marzo y el 26 de abril de 2011.


INTRODUCCIÓN



"Traigo la sincera amistad de México y

mis trescientos libros favoritos”


Alfonso Reyes

Toda revolución, por definición, implica la subversión de un orden preestablecido y la transformación de la organización política, económica y social de un determinado pueblo. Por lo general, al período de cambios violentos y drásticos, le sigue una etapa de consolidación de las nuevas estructuras, refundación de las instituciones y resignificación del pasado para legitimar el presente. Finalmente, el mayor o menor éxito de éstas políticas, determinará la perdurabilidad del nuevo régimen. En este sentido, la Revolución Mexicana no fue una excepción. Al contrario, constituye un claro ejemplo del desafío que implica la refundación de un nuevo Estado y la construcción y redefinición de la nacionalidad para sustentar y justificar el nuevo orden.

De hecho, una vez superado el período de violencia y enfrentamientos, en los años veinte, se lleva a cabo un amplio programa para, en palabras de la Profesora Funes, armar un patrón cultural alternativo al del siglo XIX. En este punto, es preciso resaltar que la Revolución Mexicana no sólo alteró las condiciones de vida de los mexicanos, sino que intentó cambiar también la situación de postración cultural y moral en que se encontraban las masas (Delgado Larios, 1991: 248).

En el presente trabajo, repasamos brevemente la amplia reforma cultural y educativa a cargo de José Vasconcelos, para detenernos en el análisis de uno de los aspectos de ese programa: la creación de embajadas culturales y la difusión de una imagen positiva de México a cargo de sus intelectuales más destacados. Fundamentalmente, buscamos examinar cómo se tradujo esta política de proyección cultural en Argentina; y cuáles fueron los rasgos distintivos y los alcances de las relaciones argentino-mexicanas en este período.


PERÍODO DE INSTITUCIONALIZACIÓN

Una vez finalizada la etapa de violencia y enfrentamientos, con la sanción de la Constitución de 1917 como hecho simbólico; se podría sostener que la Revolución Mexicana entra en una fase tanto de institucionalización de las transformaciones, como de proyección de sus logros en el continente. Institucionalización que se profundiza, durante el gobierno de Álvaro Obregón (1920-1924), con la creación de la Secretaría de Educación bajo la dirección de Vasconcelos y la profunda reforma cultural que se llevó a cabo en estos años.

Como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, la fe de América Latina en los países del viejo continente en tanto referentes, se debilita. Los latinoamericanos, con los revolucionarios mexicanos a la vanguardia, comienzan a pensar y plantear sus propios modelos alternativos. En efecto, frente a la orfandad de paradigmas que puso al descubierto la guerra europea, la experiencia mexicana, en la era de Vasconcelos, emergió como un modelo de reconstrucción política y cultural. […] el caso mexicano abría espacios para discutir, comparar y sobre todo imaginar una América Latina distinta (Yankelevich, 2005: 1-2).

Con el fin de evitar la imitación y fomentar una forma propia de pensar lo latinoamericano, desde 1921 Vasconcelos impulsa un tipo de nacionalismo cultural mexicano, el cual se [proyecta] en una verdadera escuela de irradiación continental (Ocampo López, 2005:142). Es más, con los intelectuales y artistas más destacados del país al servicio de la Revolución, la década del veinte es testigo de una profunda reconstrucción de la nacionalidad mexicana, cuya promoción continental se transforma en política de Estado.

En el ámbito doméstico, el objetivo principal de la reforma educativa de Vasconcelos era reducir el analfabetismo, incorporar a la gran masa de campesinos y obreros al proyecto revolucionario; y familiarizarlos con sus logros y conquistas. Para lograr su propósito, el Secretario de Educación Pública de Obregón se vale del maestro, el mural y el libro. En primer lugar, miles de maestros misioneros fueron enviadas a todo el país para alfabetizar a través de las misiones culturales. Asimismo, mientras daba sus frutos la política de alfabetización a largo plazo, Vaconcelos fomentó el trabajo de los muralistas, artistas que recubrieron y animaron las paredes de los edificios públicos con el objetivo de mostrar y promocionar la Revolución de una manera inmediata a la gran mayoría de la población. Diego Rivera, David Siqueiros y José Clemente Orozco, entre otros; buscaban informar y educar a través de murales masivos en los que idealizaban el pasado pre-hispánico, [...] fomentaban el resentimiento hacia los conquistadores españoles o los capitalistas yankees y realzaban a líderes populares como Zapata (Skidmore, 2005:269). Finalmente, Vasconcelos alentó la producción editorial y la distribución de libros y revistas en todo el país.



PROYECCIÓN CULTURAL EN ARGENTINA

En el ámbito externo, la reforma de Vasconcelos se complementa con la proyección continental de una una imagen positiva de la Revolución Mexicana y con una mayor profundización de los vínculos con los países de América Latina. Esta vocación claramente latinoamericanista, se desprende del convencimiento de Vasconcelos de que, por ser hijos de la misma cultura, los países iberoamericanos debían cooperar y forjarse un destino común (Milá, 2009). Con ese objetivo, envió embajadores culturales a los principales países del continente y puso a los intelectuales al servicio de su política cultural.

¿Cómo se tradujo la política de proyección cultural de Vasconcelos en Argentina? ¿Cuáles fueron, en consecuencia, los rasgos distintivos y los alcances de las relaciones argentino-mexicanas en este período?

A principios del siglo XX, las relaciones diplomáticas entre Argentina y México se basaban en cuestiones meramente protocolares y el rasgo característico era el mutuo desconocimiento. Sin embargo, con el estallido de la Revolución Mexicana, esa percepción de lejanía se desvanece y el intercambio comienza a intensificarse. Fundamentalmente, como consecuencia de una mayor convergencia en la orientación de la política exterior de ambos países que comenzaron a priorizar las relaciones entre los Estados iberoamericanos. Convergencia que se fundaban, más allá de las ideas de solidariedad latinoamericana, en la necesidad del Estado revolucionario de México y de la Argentina de Yrigoyen, de romper el aislamiento internacional de posguerra y contar con el reconocimiento y el apoyo de los países de la región.

Para Zuleta Miranda, el caso de Argentina y México en este período, ejemplifica claramente el debate que se daba entonces entre los países de América Latina sobre cómo intensificar el intercambio, propiciar el conocimiento y acortar las distancias entre ellos. Básicamente, los países se preguntaban si debían


[Fomentar], en primer lugar, el comercio bilateral como motor de acercamiento, o por el contrario, [propiciar] un acercamiento político que precediera al mercantil, que desde entonces se convertiría en la culminación de un movimiento iniciado más voluntariamente que por la fuerza de los mercados (Zuleta Miranda,1996: 870).


En este sentido, se puede afirmar que desde inicios de la década del veinte, México resuelve el debate subordinando el comercio a la persecusión de objetivos políticos a través de la intensificación de vínculos culturales y el uso de lo que hoy llamaríamos diplomacia cultural. De hecho, según Pablo Yankelevich, poetas y poesía sirvieron de auténtica plataforma para lanzar proyectos políticos y comerciales.Y en consecuencia, la diplomacia de las letras tuvo la enorme ventaja de dotar de credibilidad a buena parte de las informaciones mexicanas sobre los sucesos y proyectos nacionales (Yankelevich,2007:92-93).

Por su importancia estratégica, el gobierno Mexicano envió a Buenos Aires a sus intelectuales y artistas más destacados a fin de acercar culturalmente a ambos países y modificar la visión negativa que se había difundido sobre la Revolución. Uno de los primeros representantes culturales en Buenos Aires fue Isidro, quien reconociera como su principal objetivo el de "desvanecer los errores y prejuicios que se han formado respecto a los orígenes, procedimientos y tendencias de las Revolución mexicana. Asimismo, Amado Nervo – gran poeta y prosista modernista- reemplazaría a Fabela. Al ser recibido con gran entusiasmo en los círculos político-intelectuales de Buenos Aires, confesó que su intención era "crear [...] lenta pero seguramente, un ambiente de franca aproximación a México" (Yankelevich,2007:86, 92-93).

En 1922, José Vasconcelos visita Argentina y es recibido en la Unión Latinoamericana. El discurso de bienvenida, a cargo de Joisé Ingenieros y colmado de elogios, resulta trascendental porque evidencia el resultado positivo de una campaña propagandística[...] que finalmente condujo a la constitución de la más significativa imagen que de la Revolución Mexicana quedó instalada en la conciencia intelectual de América Latina (Yankelevich, 2005:7-8). Finalmente, la designación de Alfonso Reyes en 1927, primer embajador mexicano en argentina1, refuerza la opción de México por el acercamiento y la intensificación de los intercambios a través de una incipiente diplomacia cultural.

Ahora bien, ¿Qué resultados tuvo esta visión de las relaciones interamericanas [...] que intentaban establecer nuevos vínculos entre sus países, con miras a un mejor conocimiento de las propias identidades culturales? (Zuleta Miranda, 1996:870).

Desde el punto de vista estrictamente económico-comercial, a pesar de los múltiples intentos de los representantes diplomáticos para prescindir del transporte y de la intermediación de terceros países; no se logró establecer una vía marítima directa, ni incrementar, en consecuencia, el volumen de intercambio comercial.

No obstante esto, las redes de solidariedad intelectual trascendieron los espacios culturales y se hicieron presentes en los foros internacionales. En este punto, basta recordar la propuesta argentina durante la Quinta Conferencia Panamericana en 1923 de la que México había sido excluido consecuencia de la suspensión de las relaciones políticas con Washington desde 1920para modificar el estatuto de la Organización, justamente, con el objetivo evitar en un futuro la suspensión de un país latinoamericano por la ruptura diplomática con Estados Unidos (Yakelevich,2007:96-97).

A fines de los años veinte, el interés argentino en relaciones bilaterales va perdiendo fuerza, principalmente por la falta de motivación de los representantes nacionales en México. Finalmente, el período de convergencias y fluído intercambio cultural se cierra definitivamente en 1930 con el golpe de Estado a Yrigoyen y el consecuente cambio de posicionamiento en política exterior.



CONCLUSION

En definitiva, más allá de los escasos resultados comerciales; el balance de las relaciones entre Argentina y México en el período estudiado, debería considerarse positivo. La proyección cultural de la Revolución Mexicana sobre el continente tuvo los efectos esperados al mejorar la imagen del país en la región e intensificar los intercambios culturales.

Ahora bien, a partir de esta breve reseña de la política de proyección cultural de México sobre Argentina en los años veinte del siglo pasado; podemos percibir claramente la trascendencia del debate tan vigente como entonces sobre la necesidad o no de fomentar el intercambio cultural en las relaciones internacionales. Actualmente, la discusión se refleja, de manera particular, en las diferentes concepciones que subyacen e impulsan los múltiples procesos de Integración Regional en nuestro continente.

En líneas generales, la idea más difundida de integración regional es la de un fenómeno meramente económico con fines exclusivamente comerciales. En este sentido, el MERCOSUR nace como un proyecto con estas característicaso. Sin embargo, en los últimos años, se ha comenzado a reconocer la necesidad de educar para la integración y a rescatar la importancia de fomentar el intercambio cultural. En este punto, es preciso reconocer la voluntad política y los esfuerzos de integración suramericana en el seno de la UNASUR, cuyo sustento ideológico supera la visión economicista de la integración y apunta a una convergencia más amplia.

Después de todo, no existe mercado sin sociedad,no existe intercambio sin individuos; y no puede existir integración sin el mutuo conocimiento en la diversidad, pues la integración supone, por definición, unir lo diverso. En consecuencia, es indispensable contar con una política educativa de base regional que tienda al reconocimiento y aceptación de los países que buscan integrarse.





















BIBLIOGRAFÍA


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Disponible en: http://www.iis.unam.mx/biblioteca/pdf/arnaldo_cord21.pdf

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Disponible en: http://revistas.ucm.es/ghi/11328312/articulos/RCHA9191110219A.PDF

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Disponible en: http://infokrisis.blogia.com/2009/101402-jose-de-vasconcelos-o-lo-que-queda-de-la-raza-cosmica-.php

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  • YANKELEVICH, Pablo (1994): “La diplomacia imaginaria: Argentina y la revolución Mexicana 1910-1916”. México: Dirección General del Acervo Histórico Diplomático de la Secretaría de Relaciones Exteriores, 1994. ISBN: 968-810-495-7. México.

  • YANKELEVICH, Pablo (2005): “La Revolución Mexicana en el debate político latinoamericano: Ingenieros, Palacios, Haya de la Torre y Mariátegui”. Cuadernos Americanos, Nueva época, Vol.3 – N°111,2005. pp.162-186.


  • YANKELEVICH, Pablo (2007): “México-Argentina. Itinerario de una relación 1910-1930” [en línea], Tzintxun. Revista de Estudios Históricos, enero-junio, número 045. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo Morelia, México, pp.83-104.

Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/pdf/898/89804505.pdf


  • ZULETA MIRANDA, María Cecilia: “Alfonso Reyes y las relaciones México-Argentina: Proyectos y realidades, 1926-1936” [en línea]. El Colegio de México, HMEX, XLV: 4,1996.

Disponible en:

http://codex.colmex.mx:8991/exlibris/aleph/a18_1/apache_media/V97TNI4GEYR3HJEJL8F5GUXSJIE47D.pdf

1La elevación al rango de embajadas de las legaciones de ambas naciones fue el producto de un largo esfuerzo, donde los gobernantes de México pusieron algo más que su personal empeño.(Yankelevich, 2007: 84)

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